Todo es más fácil con un Balón de Oro

Jugar ante el Barcelona en su estadio es tan complicado que la valentía no es suficiente. Si sales a defenderte te enchufan siete, pero si sales a atacar corres el riesgo de que te metan una manita como le pasó al Betis en esta ocasión. Uno puede enfrentarse a los de Guardiola de muchas formas, pero si éstos están inspirados, lo normal es salir del Camp Nou con un saco. A los de Mel les pasó eso, pero lo pueden contrarrestrar con haber plantado más cara al campeón de Liga que la mayoría de los equipos de Primera división.

El fútbol fue muy duro con los béticos, pero en la mayoría de ocasiones el deporte de la pelota es así y no entiende de sentimentalismos. Cuando uno tiene enfrente al Balón de Oro, a sus dos finalistas y a un conjunto plagado de estrellas mundiales, debe correr como lo hicieron los andaluces, tener la valentía mostrada por los Jorge Molina, Rubén Castro y compañía, la organización sobre el campo de los verdiblancos y esperar a que ellos no tengan su mejor día. De lo contrario, sólo queda esperar a que pase la tormenta lo antes posible para el daño sea el menor posible.

Tras la fiesta del Camp Nou en la que Messi, Xavi e Iniesta fueron ovacionados por los suyos y La Pulga brindó el último galardón obtenido a su afición, Pepe Mel trató de aguar la fiesta azulgrana. El técnico avisó en las fechas previas que no viajaban hasta la Ciudad Condal para ver en primera fila el juego culé y lo llevó a cabo. Adelantó las líneas desde el principio. Mandó a sus puntas a presionar la salida del cuero local, en el centro del campo hicieron lo imposible para que los bajitos no hicieran de las suyas y en defensa, trataron de disminuir todos los espacios posibles. Esto es complicado hacerlo frente a los culés durante 20 minutos, es casi imposible conseguirlo durante media hora y es un milagro protagonizarlo durante la primera mitad. Finalmente, el Betis rozó el milagro.

Cuando Casto y el palo habían sacado balones a Villa y a Messi de todos los colores, manos a mano, faltas imposibles o potentes remates, el recientemente nombrado Balón de Oro no dudó en aprovechar el único error de los de Mel en la primera mitad. Salva Sevilla perdió el esférico en el campo del Barcelona, Iniesta jugó con Messi en la frontal del área y el argentino, con una perfecta definición puso el primer tanto en el marcador para desesperación de un Casto que se había mostrado como un auténtico cerrojo. Rubén Castro estuvo a punto de poner las tablas de nuevo en el marcador un minuto después, pero su duro chut desde fuera del área, lo repelió el larguero ante la mirada de Pinto.

Tras la reanudación, los visitantes trataron de olvidarse del gol en contra y sacar de nuevo su valentía. Jorge Molina y Rubén Castro presionaron una y otra vez la salida de Puyol y Piqué con el cuero desde atrás, forzaron los despejes en largo de los zagueros culés, pero si con una manta corta te cubes la cabeza, inevitablemente se te quedan los pies al descubierto.

De esta forma, los delanteros azulgrana se encontraban con mucho campo por delante para crear peligro y jugar con rapidez. No lo desaprovecharon y continuaron con el festival goleador. Messi, que el oro lo tiene en las botas, penetró por la defensa bética tras una gran pared con Villa, remató ante Casto, que sacó una mano salvadora demostrando unos grandes reflejos, y él mismo, recogió el rechazo del meta para batirle de nuevo por bajo. Los recursos del mejor jugador del mundo son inagotables por mucho que tenga enfrente a un inspirado portero.

Este nuevo mazazo de la Pulga sobre su rival fue demasiado para los andaluces. Sus intentonas de peligro fueron disminuyendo y sólo quedaban disparos lejanos que no iban a ningún lado. La presión seguía, pero el ánimo empezó a caer después de ver como realizar un más que digno partido no eran capaces de frenar a un equipo que está en racha y convierte en oro todo lo que toca.

Con todo esto continuó la fiesta culé. Messi se asoció con Xavi para seguir con su particular festín y tras un pase en profunidad del de Terrasa batió a Casto en el uno contra uno. Como si del Balón de Oro se tratara, la estrella argentina también se llevó a su casa la pelota del partido gracias a su 'hat-trick'.

El Barcelona sentenció a su víctima
Todo había acabado para el Betis, pero los culés querían más. Les gusta acabar con sus víctimas a lo grande y sumar goleada tras goleada. Por esto y después de que se alinearan los planetas para que Messi errara una clara ocasión ante Casto, Pedro dejó su huella. Alves protagonizó un gran eslalon tras pisar el área por la derecha y después de ver como su disparo lo repelía el meta bético, dejó el balón de cara al canario para que no fallara en su particular cita con el gol.

Keita redondeó el resultado con un cabezazo en boca de gol tras una obra de arte de Iniesta. El manchego acarició el balón para ponérselo a su compañero desde la línea de fondo. El autor del tanto que dio a España un Mundial, aún no ha dicho la última palabra en el tema de ser nombrado mejor jugador del mundo.

Finalmente, los hombres de Guardiola dejaron sentenciada una eliminatoria donde los de Mel desmostraron ser los claros favoritos al ascenso final y de la que los béticos no podrán sacar un rendimiento económico mayor para su complicada situación como consecuencia del 'favor' que les hizo la Federación española negando la posibilidad de que este encuentro se hubiera jugada en el Benito Villamarín.

Marca.com

Messi el mejor indiscutiblemente

Se reivindicó por todos aquellos que decían que no se lo merecía.